"Selva de Soluciones"
“Instalación de esculturas”
Nueve esculturas en bronce y hierro
(Presentada en la Galería Irina Maldonado, Calle Plata. Toledo)
Cuando José Maria, galerista de Irina Maldonado, me ofreció la oportunidad de realizar una instalación en su galería, me dio la posibilidad de elegir el lugar( cosa que nunca le agradeceré lo suficiente). La exposición iba a ser conjunta con obras del propio José María, de Rhut Contreras, de la que venia siguiendo su obra desde hace varios años, y de la que me declaro rendida admiradora, ya tan joven ha expuesto en el Reina Sofía, ¡no me extraña!, y por último con Radoslav Hristov ( cuya obra iconográfica me resulta admirable, además de agradecerle siempre sus sabios consejos ), tuve claro que el lugar que elegiría era la cueva que hay debajo de la sala principal de la galería, la conocía de una exposición, celebrada unos años atrás, en la que se mostraba una obra de Ruth.
Ese espacio me parecía mágico, la cueva está cubierta con una bóveda de cañón de ladrillo viejo, y me parecía el marco ideal para la instalación, puesto que a mi parecer “ Selva de soluciones “ es una obra muy intimista, que pedía un espacio que envolviera a modo de crisálida o placenta.
La entrada a la instalación, estaba precedida por unos versos, que escribí referidos a la primera escultura de la instalación:
Cierras los ojos,
y quisieras sentirte feto,
acogido,abrigado,amado....... salvado.
Encarnación Contreras
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| Bronce (13cmx25cmx13cm) | Bronce (13cmx25cmx13cm) |
A continuación aparecían el resto de las esculturas, hombres y mujeres llave (esculturas en bronce y hierro desde 165cm a 180cm) seres con los que pretendo resaltar una doble condición del individuo, en primer lugar la del individuo como hacedor de su trayectoria vital, poseedor de la llave que abre y cierra caminos), responsabilizándolo de esta forma de las consecuencias de sus actos, y por otro lado subrayar la capacidad del individuo como fuente (llave) de solución a sus problemas.
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La instalación lleva una música sufí, que suele acompañar la danza de los derviches turcos, en ella, uno de los danzantes vestido de negro, se sitúa en el centro a modo de eje central(sol) realizando un movimiento giratorio en derredor suyo, doce derviches vestidos de blanco rodean al derviche central realizando un movimiento de rotación sobre si mismos y otro de traslación sobre el central, como vemos se realiza una recreación del mismísimo universo, estos monjes entran en un estado de conexión con lo místico a través de esta danza, que siempre realizan con los ojos cerrados. La razón de elegir esta música es por esta última peculiaridad, mis esculturas siempre llevan los ojos cerrados en un intento de reivindicar la introspección como camino de salvación y de solución.
